domingo, 31 de marzo de 2013

Introspección

Sin quererlo, me encuentro mirando la planta de este, mi pie. Y observo que tiene personalidad propia, no es liso, tiene unas líneas marcadas. Y me pregunto si deja huella. Esas circunvoluciones excéntricas llevan a alguna parte. Se expanden concéntricas. Van o vienen. Será calcado el otro pie. Y si cada uno de los dos quisiera seguir un camino diferente. Decido dejarlo por hoy


sábado, 30 de marzo de 2013

Pasión. Dolor. BACH. SALINAS

No quiero que te vayas,
dolor, última forma
de amar. Me estoy sintiendo
vivir cuando me dueles
no en ti, ni aquí, más lejos:
en la tierra, en el año
de donde vienes tú,
en el amor con ella
y todo lo que fue.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería;
pero me quedas tú.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
La gran prueba, a lo lejos,
de que existió, que existe,
de que me quiso, sí,
de que aún la estoy queriendo.







martes, 19 de marzo de 2013

de ti aprendí

todas las palabras
los argumentos más ceñidos
las astucias
las verdades dobles
las sinuosidades de la belleza
la esencia de la nada
la duda certera
la frescura en el piélago
el sí en el no




sábado, 16 de marzo de 2013

NO ONE



FERTILIDAD


Soy un medio
En medio y mitad
Entre el cielo y el suelo
Ansia de algunos
Fin de nadie
Sueño y medida
Mesura desmedida
Confín con fin

¿a dónde vas?
¿puedo seguirte un tiempo?



Cada rayo de feminidad reluce con una belleza particular, encierra en sí una propiedad que le es esencial; y alegres sonrisas, miradas maliciosas, ojos escrutadores, cabeza reclinada, grave melancolía, profundos sentimientos, cejas amenazadoras, frente misteriosa, labios interrogadores, cabelleras seductoras, altivez celestial, terrestre timidez, pureza de ángel, leves rubores, movimientos encantadores, lánguidas actitudes, deseos de soñar, suspiros inexplicables, todo ágil, senos ondulantes, pie pequeño, manos blanquísimas: todo esto son partículas dispersas, propiedad de una belleza femenina. Cada rayo de esa belleza encierra en sí una propiedad que le es esencial. […]

He de intentar alguna vez definir a un ser femenino. Y ¿qué definición podría ser la más adecuada? La de un ser que encuentra su finalidad en otro ser. […]

Está contenida toda en los límites de la Naturaleza, nunca los traspasa. Por lo tanto, no es libre sino estéticamente. Sólo por medio del hombre empieza a sentirse libre, en un sentido más profundo. […]
En todo esto hay una profunda ironía. El ser que no existe sino para los otros es el predominante: el hombre ‘liberta’, pero la mujer escoge.



¿Qué puede temer una mujer? El espíritu. Puesto que el espíritu es la negación de toda su existencia femenina.

[ KIERKEGAARD, Sören. Diario del Seductor. Barcelona: Editorial Fontamara, 1985. Traducción de Valentín de Pedro]





lunes, 4 de marzo de 2013

Un ser compartido

   

Participamos
un granito
otro
ahora un canto
luego una piedra
una losa después
y así
una montaña y otra
fosilizando
cegando
atrofiando
afirmando con los labios
negando con la cabeza
no es sí, sí es no
todo es nada
todo es sí